Hay muchas cosas en las que pensar y no tantas opciones al hacer una mudanza. Contratar a un servicio que nos haga un presupuesto económico, disponer de las cajas y del embalaje preciso para el tipo de materiales y pertenencias personales que vamos a trasladar, contar con un equipo logístico y humano profesional que nos ayude a realizar el cambio de residencia o de oficina sin ningún percance.
Luego, una vez instalados, a lo mejor tenemos que sumar la compra de nuevo mobiliario al proceso de cambio. En ocasiones no suele decir, pero otras veces, sobre todo cuando iniciamos una nueva vida, no tenemos todo aquello que necesitamos, y no todos los pisos vienen ya amueblados.
Gestionar todo este maremágnum de pequeñas y grandes transiciones no es fácil, ni desde el punto de vista psicológico ni desde el punto de vista financiero. Además, debemos tener muy en cuenta una realidad importante: lo primero influye en lo segundo.
Revisar el presupuesto, reflexionar sobre maneras de reducir las cifras de gasto totales, son operaciones matemáticas que requieren de una mente despierta y ágil. Si la mudanza nos agota antes incluso de que la podamos empezar, seguramente tengamos un tropiezo en algún momento. Por eso, es recomendable realizar primero un simulacro. No tenemos prisa, o no deberíamos tenerla.
Por ejemplo, y con respecto al pago total, deberíamos invertir tiempo en investigar con calma opciones de financiación. Utilizar nuestros ahorros o pedir un préstamo al banco no son las únicas opciones disponibles, gracias a internet podemos recurrir a préstamos personales online rápidos de WannaCash.es o incluso a un crowdfunding, al menos si tenemos amigos y familiares dispuestos a hacernos una donación, o incluso si no tenemos inconveniente con difundirlo por las redes sociales. Nos sorprendería la cantidad de gente anónima a la que no le importa ayudar a otras personas a superar un trance económico.
En cualquier caso, lo importante es que usemos tiempo suficiente como para meditar sobre las opciones disponibles. No solo en cuanto al dinero o cualquier préstamo personal, sino también en lo que respecta a la empresa de mudanzas a la que, en definitiva, nos gustaría contratar.