En España, tanto los contratos laborales como la jornada están regulada por el artículo 14 del Estatuto de los Trabajadores. La normativa vigente indica que todos los empleados que trabajan seis horas continuadas o más tienen derecho a descansar por lo menos 15 minutos.
La mayoría de las compañías ofrecen un descanso prolongado de una hora de duración. De esta manera, los trabajadores tienen la posibilidad de almorzar tranquilos en el comedor o ir a sus casas si viven cerca.
Sin embargo, muchas empresas quieren suprimir esta pausa porque consideran que ocasiona una caída de la productividad. Proponen implantar una jornada intensiva continuada de una hora menos de duración.
Los detractores del horario de verano dicen que es una tradición que data de los tiempos en que las elevadas temperaturas eran insoportables, pero que hoy en día la medida no tiene sentido. Los empleados pueden disfrutar de su descanso y trabajar hasta más tarde con el aire acondicionado sin que esto afecte demasiado las finanzas de la empresa.
¿Cuáles son las ventajas de aplicar el horario de verano?
El horario de verano ofrece múltiples ventajas para las empresas y los empleados. A nivel económico, supone un ahorro considerable de costes para la compañía, ya que hay una reducción significativa de consumo energético. Además, al aumentar la productividad de los trabajadores hace que el negocio se vuelva más rentable.
La jornada intensiva permite que los empleados salgan temprano del lugar de trabajo y desconecten rápidamente su mente de las obligaciones laborales. Por lo tanto, cuentan con más tiempo libre para coordinar salidas familiares, realizar trámites personales, practicar deporte, ir al médico y estudiar.
Cuando los trabajadores pueden desarrollar actividades de su interés, se encuentran más motivados para asumir retos y se comprometen con las metas de la organización. Se ha comprobado que el horario de verano reduce el ausentismo, promueve la fidelización y contribuye a la retención del talento.
¿Cuáles son las desventajas de aplicar el horario de verano?
El horario de verano también genera algunos inconvenientes. El primero de ellos está vinculado con los conflictos laborales. El descanso es un derecho adquirido por los trabajadores y su supresión suele motivar medidas sindicales, además de las quejas en el lugar de trabajo.
Por otro lado, la alternancia entre el horario de verano y de invierno puede resultar dura para los trabajadores. La mayoría de ellos duelen atravesar un período de adaptación de un par de días, durante los cuales se percibe un descenso de productividad transitorio.
Por último, trabajar en un horario reducido puede derivar en incumplimientos de fechas límites si los trabajadores no logran organizarse adecuadamente. En aspectos administrativos los retrasos no suelen suponer un problema grave, pero en el área productiva podrían implicar la pérdida de un cliente y mucho dinero.
Ante un inconveniente de esta magnitud, las empresas pequeñas muchas veces se ven obligadas a endeudarse para combatir la falta de liquidez. Cuando no logran financiamiento de forma tradicional, recurren a créditos online para cubrir los gastos más urgentes.
¿Cuáles son las mejores alternativas al horario de verano?
Una alternativa superadora al horario de verano es la jornada flexible, donde los empleados pueden elegir su horario de ingreso y egreso, de forma que se ajuste al resto de sus actividades. Otra propuesta es la jornada mixta, que combina una franja horaria presencial en el lugar de trabajo con algunas horas de home-office.
La reducción de la jornada y la flexibilidad horaria permiten la conciliación del trabajo con la vida personal y elevan la motivación de los empleados. Por lo tanto, constituyen una fórmula efectiva para aumentar la productividad.La aplicación de este sistema puede resultar un poco compleja al inicio, pero globalmente se tiende hacia ese horizonte.