La docencia es posiblemente una de las salidas profesionales más seguras que existen hoy en día, ya que, entre otras muchas especializaciones, existe la posibilidad de obtener un master y de hacer oposiciones, lo cuál ofrece oportunidades que justifican la importancia de inveretir en nuestra educación profesional.
Lo segundo es, sin duda, el objetivo preferido por muchos aspirantes a profesores y profesoras, ya que un empleo público en el sector de la educación implica un buen paquete de beneficios, entre ellos un sueldo estable y elevado, y un período de vacaciones amplio que coincide con el fin del curso escolar. Además, salen con bastante frecuencia y también con estabilidad, aproximadamente cada dos años, con lo cual no se trata de una elección incierta.
Sin embargo, dos años es mucho tiempo y la competitividad suele ser feroz en cualquier ámbito docente seleccionado. Eso no solo significa que nada garantiza un aprobado y una plaza, sino que tenemos que idear una estrategia para no pasar dos años de nuestra vida solo estudiando.
En otras palabras, en esos veinticuatro meses seguimos necesitando dinero y algo debemos hacer para conseguirlo. Una opción es acceder a un trabajo a media jornada en algún sitio temporal, pero la contratación temporal suele ser una lotería, sobre todo si tenemos en cuenta la gran cantidad de gente desempleada que hay en nuestro país en la actualidad.
Lo ideal es que el dinero obtenido se gane en un sector relacionado con la docencia, ya que además de adquirir experiencia vamos a engrosar nuestro currículum, y eso puede proporcionarnos puntos de cara a aprobar. Si no podemos acceder a una academia para dar clases, podemos dar clases particulares, aunque ello requiere pasar un tiempo estableciendo unos honorarios dignos, y el pago debería ser siempre por horas de trabajo.
Si conseguimos que sea estable, mejor. Es posible recurrir a préstamos rápidos sin papeleos si durante nuestro período de desempleo tenemos obligaciones que pagar, pero si además de eso tenemos inversiones propias cada cierto tiempo, mejor. Al fin y al cabo, estudiamos oposiciones precisamente para eso, para tener un trabajo para toda la vida. Quizá suene utópico dadas las circunstancias actuales, pero es posible en el sector público.