Posicionarse en Google es un trabajo sobre todo técnico y bastante mecánico. En general, hay que hacer una minuciosa labor de investigación relacionada fundamentalmente con nuestros usuarios potenciales.
Es importante indagar en sus perfiles y averiguar no solo qué necesitan, sino qué búsquedas medias realizan en internet para encontrarlo y con qué términos. Esos términos servirán luego de base para establecer las palabras clave que tan imprescindibles son en la tarea del posicionamiento SEO, una estrategia de mercadotecnia a través de internet que permitirá a cualquier negocio aparecer en los primeros resultados de los buscadores.
¿Basta con eso? En absoluto. El marketing online es un entramado de procedimientos interrelacionados que influyen unos sobre otros. Aunque un usuario encuentre la web, si no se siente seducido por la descripción del metatítulo o, más importante aún, la metadescripción, hay muchas probabilidades de que no haga clic.
Por eso hay que cuidar de qué manera presentamos nuestro negocio al mundo. Esta labor corresponde a los copywriters o a los redactores de contenido, especializados en content marketing.
El marketing de contenidos es una ciencia en sí misma y cada año que pasa se establecen nuevos fundamentos teóricos sobre ella. Su desarrollo ha sido tan veloz como el del propio marketing digital propiamente dicho.
¿Qué pautas debemos considerar a la hora de desarrollar el marketing de contenidos de una empresa? En esencia dos: el usuario o cliente potencial, y la voz o el estilo de la marca, dos pilares que coexisten y que dependen recíprocamente el uno del otro.
Por ejemplo, si nuestro negocio se dedica al sector de la tecnología gaming, está claro que querremos captar sobre todo a un público joven. El lenguaje empleado debe ser por lo tanto fresco y sencillo, y debería estar bien provisto de signos de admiración y anglicismos relacionados con el mundo de los videojuegos. Si lo que posicionamos por el contrario es una asesoría fiscal, deberíamos emplear un lenguaje neutro y serio, pero también legible.
Estudiar el tono es tan importante como estudiar el mercado. Será uno de los factores que nos allanen el camino al éxito.