El cambio climático es una realidad cada vez peor y que ya está empezando a causar catástrofes naturales a lo largo y ancho del planeta. Tanto es así, que numerosas personas han propuesto rebautizarlo como «crisis climática» para que la gente entienda que estamos adentrándonos en una situación medioambiental realmente grave.
Con la concienciación, primer paso ineludible, lleva el necesario cambio en nuestros hábitos de consumo; no ya individuales, sino a nivel corporativo, pues las grandes multinacionales del planeta son las que más contaminan. ¿Pero cómo podemos las personas más concienciadas cambiar nuestros hábitos?
Lo primero que podemos y debemos hacer es dejar de comprar plástico. Puede que, de entrada, necesitemos hacer un cambio en nuestro hogar y adquirir un lote de envases reutilizables o biodegradables.
No todos son baratos, pero es una inversión que podemos realizar un mes en el que podamos permitirnos utilizar nuestros ahorros o emplear minicréditos rápidos para ello. Por otro lado, el cartón, si bien suele venderse como alternativa ecológica, se crea mediante procesos químicos igualmente contaminantes. Por eso reutilizar es la única alternativa.
No tiene sentido reciclar o, más bien, no tiene sentido quedarnos solo en eso. No se trata de seguir consumiendo plásticos y luego tirarlos al contenedor amarillo, porque al comprarlos promovemos que las grandes empresas fabricantes sigan haciéndolos a costa del planeta.
También a costa del mar. En internet, en relación con esto último y en general con la industria de la moda, existen tiendas ecológicas y veganas que, por ejemplo, fabrican y venden ropa creada con los plásticos sacados del mar. Otras tiendas donan sus beneficios a ONG y asociaciones que se encargan de la limpieza de los océanos y de los bosques.
Estas últimas propuestas, sin embargo, son más caras, y es normal que la mayoría de la gente no pueda permitírselas salvo con trabajo estable o un simulador de créditos. Pero, mientras tanto, sí podemos reutilizar, comprar envases de vidrio y recurrir a los mercadillos de segunda mano.
También deberíamos conservar los cartones que tenemos en casa, pues podemos volver a usarlos para muchas actividades. Solo tenemos que sensibilizarnos.