Cuando pensamos en aptitudes comunicativas, automáticamente visualizamos a un buen orador; sin embargo, lo cierto es que existen muchos factores a la hora de hacer llegar correctamente el mensaje y que se corresponden con otro tipo de comunicación. Los gestos, las miradas e incluso la ropa forman parte de lo que denominamos “comunicación no verbal”, una herramienta esencial y de gran utilidad en una enorme cantidad de ámbitos.
Sin duda, el ámbito laboral y de negocios es unos de los que resulta más beneficiados si se controlan y comprenden los mecanismos de este tipo de comunicación. Las aplicaciones son muchas; tanto si nos presentamos a una entrevista de trabajo y queremos manifestar una actitud que se corresponda con nuestras aptitudes, como si dentro de nuestra dinámica laboral son habituales las relaciones interpersonales. Reflejar confianza y aplomo son algunos de los valores que nuestros interlocutores valorarán y que nos pueden servir para potenciar nuestra carrera.
Hay que tener en cuenta la gran cantidad de ámbitos en los que nos comunicamos con otras personas, siendo éstas relaciones imprescindibles para el buen curso y evolución de un negocio. No sólo es necesario pensar en el mundo estrictamente empresarial, sino que cualquier trabajador de una agencia, situada en un puesto de relaciones públicas o incluso un vendedor en el sector de los servicios requerirán de un buen dominio de la comunicación no verbal para lograr sus objetivos.
De la misma manera que un juez puede fijarse en la actitud corporal de un acusado para dar mayor o menor verosimilitud a sus declaraciones, un periodista también puede analizar los diferentes detalles que emite alguien a través de la comunicación no verbal en beneficio de su profesión. En las entrevistas, prestar atención a cómo se comporta la persona a la que dirigimos nuestras preguntas nos servirá para obtener información extra; lo mismo en el análisis del conjunto de los medios audiovisuales, donde, a pesar de que la mayoría de personalidades públicas aprenden a controlar sus gestos, es posible extraer más de lo que obtendríamos de una simple pieza de audio o escrita.
Finalmente, otra de las aplicaciones donde la comunicación no verbal juega un papel muy importante es en la imagen personal. Componemos nuestra estética a través de la ropa, el peinado y el maquillaje y, a veces sin saberlo, damos información sobre nosotros o sobre nuestro estado de ánimo. Saber jugar con este elemento no sólo nos ayudará a proyectar la imagen que queremos, sino que también nos ayudará a mantener la actitud correcta respaldados por la vestimenta que resulta más adecuada.